Desde El Laberinto
By madremaquina
- 703 reads
Desde el laberinto
De Yoshigiro Maeshiro
Versi?n libre inspirada en el cuento
"Hombre Con Minotauro En El Pecho" de Enrique Serna
Obra en un acto dividido en 9 escenas:
I. La Playa
II. La Fiesta De Gala
III. La "O" De Picasso
IV. Poetas y Maleantes
V. Un Museo Respetable
VI. La Selva Negra
VII. Las Penas De Un Gigol?
VIII. El Para?so
IX. El Ministerio De Cultura
A Violeta Luna,
Por el hilo de Ariadna.
Personajes:
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO
NI?O
PICASSO
MAYORDOMO
EL PADRE
AMA DE LLAVES
SRA. REEVES
CONDESA
ESTILISTA
CR?TICO DE ARTE
FRANKLIN RAM?REZ
IRIS LA ESPLENDOROSA
DIRECTOR DEL MUSEO
SECRETARIA
NOVIO
NOVIA
UNINGE
HELGA LA HERMAFRODITA
MARIE
INSPECTOR GOUNCOURT
REPORTERA
CAMAR?GRAFO
FOT?GRAFO
PASAJEROS DEL METRO
DOS BA?ISTAS
DOS BAILARINES
DOS LADRONES
DOS POLICIAS
DOS PERSONAS DE TRAJE NEGRO
Escena: Escenario vac?o excepto por una puerta movible de la que surge
una especie de pasarela de distintos colores. Las escenas suceden sobre
la pasarela, la cual se sit?a en distintos lugares. Se sugiere que la
pasarela y los elementos de atrezzo y vestuario cambien de color de
escena a escena a partir de un color tem?tico dominante para cada
cuadro, a la manera de los distintos periodos coloridos de Picasso. La
impresi?n final deber? ser de pinturas vivientes a las que se les
concede, durante el tiempo que transcurre el espect?culo, el ef?mero
privilegio de habitar gozosamente el mundo.
I. La Playa
El sonido del mar inunda el escenario. La oscuridad se hace luz. HOMBRE
CON MINOTAURO EN EL PECHO surge de las sombras conforme se escuchan los
primeros compases de la pieza "Granada" de Isaac Alb?niz. DOS BA?ISTAS
entran y juegan con una pelota de playa. Entra PICASSO acompa?ado de su
MAYORDOMO, que trae consigo una silla port?til y una sombrilla para el
sol.
PICASSO: ?Ay, ay, ay!. Esta arena est? m?s caliente que mi prima
Carlota..
MAYORDOMO: El ingenio del se?or es inigualable.
PICASSO: Que me estoy quemando los pies. Pon la toalla donde quieras,
hombre. (MAYORDOMO pone una toalla sobre el piso.) Uf, que alivio,
Jaime. ?Trajiste el bronceador?
MAYORDOMO: Claro que s?, se?or. Aunque le recuerdo que mi nombre es
Fran?ois.
PICASSO: All? en mi tierra a los mayordomos les llamamos Jaime. Pero es
de cari?o.
MAYORDOMO: ?Le gustar?a reposar durante algunos momentos al amparo de
la sombra, se?or? Si gusta podr?a leerle las ?ltimas cr?nicas de Le
Monde. Traje conmigo la edici?n matutina.
PICASSO: ?Y desperdiciar este sol tan magn?fico? Ni que estuviera yo
chalado.
MAYORDOMO: Como guste el se?or.
PICASSO: En estos momentos no hay m?s mundo que esta playa.
(Entran el PADRE y el NI?O y observan a los ba?istas.)
EL PADRE: (Mira su peri?dico.) Ah? est?. Es ?l. (Arregla el cabello del
NI?O.) Hazlo con fe, un momento de fe enaltece toda una vida. Vamos,
hazlo bien por una vez en tu vida, semilla inf?rtil.
(El PADRE se queda en la distancia conforme el NI?O avanza hacia
PICASSO, que siente la presencia del NI?O y lo saluda
amigablemente.)
PICASSO: Hola, ?c?mo est?s amiguito?
MAYORDOMO: ?Qu? buscas aqu? muchacho? No molestes al se?or
Picasso.
PICASSO: No, no, hombre, no jodas. Dejad a ese ni?o venir a m?.
EL PADRE: "De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios
como un ni?o no entrar? en ?l." Lucas. 18,17.
PICASSO: ?C?mo est?s? Yo me llamo Pablo. ?Y t?? ?Cu?l es tu nombre?
(Silencio.) ?Te comi? la lengua el gato?
MAYORDOMO: A lo mejor no habla su idioma, se?or.
PICASSO: ?Qu? te crees? Si todos los ni?os hablan mi idioma. (Toma su
bolsa y hurga en ella.) D?jame ver...
MAYORDOMO: ?Qu? busca el se?or?
PICASSO: No busco, encuentro. (Saca una paleta de la bolsa.) Un
caramelo espa?ol, tra?do directo de Madrid. ?Te gustar?a una paletita,
chaval? ?Qu? dices? Mira que rica est?.
(EL NI?O niega con la cabeza.)
PICASSO: ?Qu? cosa! No lo quiere.
MAYORDOMO: Es el primer ni?o que veo que reh?sa un dulce.
PICASSO: Es una l?stima. Ya empez? a crecer.
(PICASSO se come la paleta conforme el NI?O comienza a alejarse. EL
PADRE irrumpe intempestivamente.)
EL PADRE: ?Es un error, se?or Picasso, un grave error! ?Claro que
acepta su paleta y todo lo que usted quiera darle! Si ?l es su mayor
admirador.
PICASSO: ?Y este qui?n es?
EL PADRE: Y t?, demonio, ?c?mo te atreves a ofender al se?or de esa
manera, dici?ndole que no quieres su paleta? ?As? es como te he
educado? ?As? es c?mo pagas todo lo que me he sacrificado por ti?
MAYORDOMO: Debe de ser el padre del ni?o, se?or,
EL PADRE: Dele la paleta otra vez, se?or Picasso. Va a ver c?mo si se
la acepta.
PICASSO: Ni hablar, ya me la estoy comiendo yo. Ni modo que se la d?
llena de babas.
MAYORDOMO: Por favor, amigo. El se?or Picasso quiere disfrutar su
estancia en Cannes de la manera m?s...
EL PADRE: Pero si yo lo s?. Lo le? en el peri?dico. Le? todo acerca del
se?or Picasso. Que le gusta venir a la playa de La Californie, que
disfruta de la compa??a de los ni?os. Fue por eso. Fue por mi hijo. ?l
es el culpable. Estaba dale y dale con que quer?a un aut?grafo de su
?dolo. ?Un aut?grafo de Pablo Picasso!
PICASSO: Lo siento, pero no doy aut?grafos.
EL PADRE: ?Pero por qu?? Si usted es famoso. Es su obligaci?n.
PICASSO: Mire amigo, si algo detesto de ser... como usted dice,
"famoso", es que la gente compra mi firma en vez de mis cuadros. Estoy
harto.
EL PADRE: Pero qu? le voy a...
PICASSO: ?Sabe usted qu? es lo m?s raro de ser famoso?
EL PADRE: ?Qu?, se?or Picasso?
PICASSO: Que uno no se siente famoso.
MAYORDOMO: Haga el favor de dejarnos en paz, amigo.
EL PADRE: Por favor, h?galo por mi hijo. No sabe cu?nto ha so?ado con
tener su firma... o mejor dicho, un dibujo original autografiado por el
?nico e inimitable Pablo Picasso.
MAYORDOMO: Voy a llamar a un guardia.
EL PADRE: Se lo ruego, se lo suplico, tenga usted compasi?n de mi hijo.
Por favor... "Pedid, y se os dar?; buscad, y hallar?is; llamad, y se os
abrir?."
PICASSO: C?lmese, por favor. (Pausa.) ?Podr?a acompa?arme su hijo a mi
estudio?
MAYORDOMO: Me permito recordarle al se?or que est? en su d?a de
asueto.
PICASSO: Se lo pregunto por ?ltima vez. ?Le permitir?a a su ni?o ir
conmigo?
EL PADRE: Claro que s?, se?or Picasso. Ser? el mayor honor de su
vida.
(PICASSO se acerca al NI?O. Lo mira durante unos momentos.)
PICASSO: ?Quieres venir conmigo, amiguito? (Silencio.) Vamos, chaval,
dame tu mano. Este es tu d?a de suerte.
(PICASSO extiende su mano hacia el NI?O. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO toma la mano de PICASSO y sale con ?l conforme desaparece el
ruido del mar.)
II. La Fiesta de Gala
AMA DE LLAVES: ?No tengas miedo, mi ni?o! ?Quieres que te traiga tu
sopita? ?No tienes hambre, mi amor?
EL PADRE: ?Qu? pasa? Los invitados est?n llegando.
AMA DE LLAVES: Su hijo no quiere salir. Se meti? ah? debajo cuando le
ense?? los zapatitos de charol que le compr? la se?ora.
EL PADRE: ?Qu? se ha cre?do este imb?cil?
AMA DE LLAVES: El pobrecito est? asustado.
EL PADRE: Yo me encargo de aliviarlo. (Se quita el cintur?n.) ?Hijito
de mis entra?as, sol de mi vida, tesoro de mi coraz?n! ?Sal de ah?, si
no quieres que te arranque la piel a cinturonzazos!
(EL PADRE patea y golpea la cama con el cintur?n. HOMBRE CON MINOTAURO
EN EL PECHO sale corriendo a los brazos del AMA DE LLAVES.)
AMA DE LLAVES: ?No lo lastime!
EL PADRE: No voy a permitir que arruines esta oportunidad, ?entiendes,
hijo de la oscuridad?
AMA DE LLAVES: ?Es usted un salvaje!
EL PADRE: No, se?orita. Lo estoy ense?ando a hacerse un hombre. El
Se?or azota a todo el que recibe por hijo. (Le da un coscorr?n a HOMBRE
CON MINOTAURO EN EL PECHO.) Y ahora ponte guapo y sonr?e mucho, idiota,
porque esta fiesta es en tu honor.
(Se escuchan las primeras notas del "Fascinating Rhythmn" de George
Gershwin. DOS BAILARINES, vestidos como arist?cratas, aparecen
s?bitamente bailando una complicada coreograf?a al estilo de los
musicales de Busby Berkeley. Al terminar la coreograf?a quedan todos
inm?viles. Aparece la SRA. REEVES envuelta en las luces de los
reflectores, se acerca a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO y descubre
ceremoniosamente su torso, revelando el tatuaje de un Minotauro.)
SRA. REEVES: ?No es lo m?s precioso que han visto en sus vidas?
BAILARINES: (A coro.) ?Oh, si, es precioso! ?Precios?simo!
(Aplausos de toda la concurrencia. Un FOT?GRAFO toma varias
fotograf?as. Los DOS BAILARINES levantan a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO y lo colocan en diversas posiciones frente a la c?mara. EL PADRE
posa a diestra y siniestra dando largos tragos de una botella que
sostiene entre sus manos.)
AMA DE LLAVES: ?Le pongo la camisa para que no se resfr?e,
se?ora?
SRA. REEVES: ?De ninguna manera!
(El FOT?GRAFO contin?a tomando fotos. La SRA. REEVES posa orgullosa
junto a su nueva posesi?n.)
SRA. REEVES: Conc?ntrese en tomar el pecho, joven. No pierda el tiempo
retratando el rostro, carece de valor art?stico.
(Una CONDESA con mal de parkinson se acerca a HOMBRE CON MINOTAURO EN
EL PECHO.)
CONDESA: ?Estas fotos van a dar la vuelta al mundo!
SRA. REEVES: ?Que maravilla tenerla por aqu?, condesa de Feydeau!
CONDESA: No pod?a perd?rmelo, querida, un Picasso original es como un
doctorado en sofisticaci?n. El pasaporte al gran mundo del
refinamiento.
SRA. REEVES: No, condesa, es simplemente una obra de arte m?s en mi
extensa colecci?n.
CONDESA: Felicidades, nunca pens? que lo lograr?as.
AMA DE LLAVES: (Con un plato de sopa en la mano.) El ni?o no ha comido
en todo el d?a, se?ora. , le traje un poco de sopa
SRA. REEVES: Ahora no, por el amor de Dios, si estamos muy
ocupadas
CONDESA: Pero hijita, si esa es nuestra vocaci?n de mecenas. Tenemos
que nutrir al arte siempre que se presente la oportunidad. ?Me
conceder?as el honor de alimentar a tu obra maestra?
SRA. REEVES: No podr?a permitirlo, condesa. Para eso est? mi ama de
llaves.
CONDESA: Insisto, ser?a un privilegio, cari?o
SRA. REEVES: (Pausa.) Pues si insiste, el privilegio es m?o.
(La CONDESA con mal de Parkinson toma la sopa e intenta alimentar a
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO. La SRA. REEVES la observa indignada y
nerviosa.)
SRA. REEVES: H?galo con precauci?n. Se puede usted quemar,
condesa.
CONDESA: No te preocupes, amor.
SRA. REEVES: H?galo despacio. ?Con cuidado!... con cuidado, condesa
querida.
CONDESA: Esto se hace m?s dif?cil con los a?os.
(Un poco de sopa cae sobre el dibujo de Picasso.)
SRA. REEVES: ?R?pido, un algod?n con agua!
(EL PADRE corre a limpiarlo. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO derrama
sobre los pantalones del PADRE el plato de sopa hirviendo. EL PADRE
grita y levanta su pu?o para golpear a su hijo. Los invitados emiten un
gemido de asombro. EL PADRE detiene a medio vuelo el golpe y observa
con una sonrisa nerviosa a los invitados. Limpia apenado el pecho de su
hijo. Se escucha una vez m?s Fascinating Rhythmn conforme los DOS
BAILARINES reanudan su coreograf?a. Todos hacen mutis bailando, excepto
la SRA. REEVES y EL PADRE. )
SRA. REEVES: ?L?mpienlo con la m?s extrema cautela! ?Es la obra maestra
del mayor genio de este siglo!
EL PADRE: ?Est? usted contenta, se?ora Reeves?
SRA. REEVES: Esa guacamaya se muere de envidia. Crey? que podr?a echar
a perder mi fiesta de gala. (Pausa.)?C?mo se atreve usted a dirigirme
la palabra? ?Desde cuando el personal dom?stico se permite estas
confianzas?
EL PADRE: Soy el padre del ni?o.
SRA. REEVES: ?Cu?l ni?o?
EL PADRE: El Picasso.
SRA. REEVES: Ah, el Picasso. (Pausa.) Si, mi ama de llaves me habl? de
usted en la ma?ana. Hubi?ramos tenido que hablar personalmente pero me
encontraba indispuesta. (Pausa.) Seg?n me dicen, usted se encarga de
cuidar la mansi?n durante mis ausencias. ?Cierto?
EL PADRE: S?, se?ora. Mientras usted viaja por el mundo, nosotros nos
quedamos aqu? cuidando su reino.
SRA. REEVES: Tiene un trabajo f?cil, placentero y bien pagado. Muchos
lo envidiar?an.
EL PADRE: Con el debido respeto, se?ora, lo que usted me da en su
gracia no me alcanza para mantener dignamente a mi familia. Es que mi
mujer y yo hemos permanecido fieles a la Palabra, ?sabe usted? ?No ha
escuchado eso de creced y multiplicaos?
SRA. REEVES: Tal vez usted no ha sabido capitalizar adecuadamente sus
recursos. Si bien es cierto que una familia tiene muchas bocas
hambrientas, tambi?n posee algunos pechos muy nutritivos.
EL PADRE: ?Qu? quiere usted decir?
SRA. REEVES: Me he encari?ado mucho con su ni?o. Es un chico noble y
bien portado. Me gustar?a mantenerlo a mi lado como una especie de
amuleto.
EL PADRE: ?Quiere que viva aqu? con usted?
SRA. REEVES: No exactamente. Parto a Nueva York en un par de d?as y
quisiera que su hijo viniera conmigo. ?Qu? le parece? Le digo que es
usted un hombre afortunado.
EL PADRE: No es posible, se?ora, su madre no soportar?a separarse de
?l..
SRA. REEVES: D?gale que es por el bien del ni?o. Una buena madre lo
entender?a.
EL PADRE: ?Pero qu? dir?an sus hermanos? Se morir?an de la pena..
SRA. REEVES: ?Le bastar?an treinta mil francos para revivirlos?
EL PADRE: ?Treinta mil francos?
SRA. REEVES: Oy? usted bien, Treinta mil francos en una sola
transacci?n, a cambio de la compa??a de su hijo.
EL PADRE: ?Eso vale el llanto de una madre?
SRA. REEVES: No lo s?, mi madre nunca lloraba. ?Cuarenta mil, tal vez?
(Pausa.) Vamos, seamos sinceros. Un pobre diablo como usted nunca va a
volver a tener una oportunidad como esta. El Dios que tanto teme le
acaba de gui?ar el ojo, no lo desaproveche. Le estoy ofreciendo una
nueva vida, no s?lo para usted sino tambi?n para su hijo. No sea
ego?sta. ?Qu? dice?
(Pausa.)
EL PADRE: Cincuenta mil francos, se?ora Reeves, cincuenta mil francos
es lo menos que podr?a aceptar un padre a cambio de un sacrificio tan
grande como el de Abraham.
SRA. REEVES: Es mucho dinero.
EL PADRE: Es mucho Picasso.
(Pausa.)
SRA. REEVES: Cincuenta mil francos y no se hable m?s. Mis abogados
preparar?n los papeles, usted haga lo que ellos le digan.
EL PADRE: S?, se?ora. Lo que usted ordene y mande.
SRA. REEVES: A las autoridades francesas les diremos que es una especie
de beca vitalicia. Ellos no entienden los asuntos del coraz?n.
(La SRA REEVES hace mutis. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO entra
acompa?ado del AMA DE LLAVES. El PADRE contempla a su hijo durante unos
segundos y sale. El sonido del mar se escucha nuevamente. De la
oscuridad surgen DOS BAILARINES agitando lentamente unos pa?uelos
blancos.)
AMA DE LLAVES: Que guapo ni?o, cuando crezcas vas a ser un Casanova.
(Lo acaricia.) ?Qu? te pasa? No est?s triste, mi ni?o. Perdiste un
hogar pero ganaste otro. La se?ora Reeves te quiere llevar de paseo en
su yate porque se encari?o mucho contigo, como yo. Ya ver?s, vas a
vivir en un lujoso apartamento en Park Avenue, vas a tener maestros
particulares de ingl?s, piano, equitaci?n y esgrima, los mejores
juguetes, la ropa m?s cara. Lo ?nico que te pide a cambio es que
delante de las visitas imites la quietud de los muebles..
(Los DOS BAILARINES se acercan a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO. Lo
levantan y lo depositan dentro de una caja que lleva la inscripci?n
"fr?gil." El NI?O de pecho desnudo aparece de nueva cuenta y sopla
burbujas de jab?n.)
III. La "o" de Picasso
(Se escuchan los primeros acordes de "Patrol Wagon Blues" en la
interpretaci?n de Henry "Red" Allen. El escenario se ilumina y vemos a
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO corriendo desaforadamente de un
extremo a otro del escenario. Finalmente se esconde detr?s de un
lienzo.)
SRA. REEVES: Es una tragedia, una cat?strofe.
ESTILISTA: ?Ad?nde est?s, amiguito?
SRA. REEVES: S?lvenos, Pierre. Es una declaraci?n de guerra al arte
moderno.
ESTILISTA: Har? mi mejor esfuerzo, se?ora, pero primero tengo que
encontrarlo. ?Por qu? te escondes, querido? ?Tienes miedo del buen
Pierre? Deber?as tenerlo. Estas tijeras han ganado mil batallas. ?Crees
que puedes escapar tan f?cilmente de m??
(Se acerca hasta el cuadro. Esta a punto de sujetar a HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO cuando se escucha el timbre de una puerta. HOMBRE
CON MINOTAURO EN EL PECHO sale corriendo despavorido.)
ESTILISTA: Ven para ac?, peque?o demonio.
SRA. REEVES: ?Con cuidado, Pierre!
(ESTILISTA y SRA. REEVES salen corriendo detr?s de HOMBRE CON MINOTAURO
EN EL PECHO. El timbre contin?a sonando insistentemente. El AMA DE
LLAVES abre la puerta. Entra un CR?TICO DE ARTE.)
CR?TICO DE ARTE: Buenas tardes, ?la se?ora Reeves?.
AMA DE LLAVES: Si gusta esperar, la se?ora se encuentra ocupada, pero
en unos momentos lo atiende.
CR?TICO DE ARTE: D?gale que vengo de parte del New Yorker.
(ESTILISTA y SRA. REEVES entran corriendo una vez m?s detr?s de HOMBRE
CON MINOTAURO EN EL PECHO.)
ESTILISTA: ?Vas a ver lo que hago contigo!
(ESTILISTA se lanza sobre HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO, ambos
forcejean.)
ESTILISTA: ?Te tengo! Ahora s?, dulce venganza.
SRA. REEVES: ?No voy a consentir que lo lastime, Pierre! ?Recuerde que
es una obra maestra!
ESTILISTA: Pues d?gale que se quede quieto. (HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO toma las tijeras del ESTILISTA.) ?Suelta las tijeras, peque?o
demonio!
SRA. REEVES: ?Qu? haces? ?Deja eso inmediatamente!
ESTILISTA: ?Con cuidado, amiguito, que esas cosas son peligrosas!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se acerca amenazadoramente a la SRA.
REEVES.)
SRA. REEVES: ?No me hagas da?o!
AMA DE LLAVES: Suelta eso. (HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se
detiene.) D?melas. (Le entrega las tijeras.) Se?ora, ah? la
buscan.
CR?TICO DE ARTE: Buenas tardes, se?ora Reeves, es un honor. August
Wicksley, del New Yorker Magazine. Especialista en Arte
Abstracto.
SRA. REEVES: Que pena, joven.. En estos momentos no puedo
atenderlo.
CR?TICO DE ARTE: Nuestros lectores se encuentran deseosos de cualquier
noticia referente al minotauro.
SRA. REEVES: Lo lamento mucho. Nos sorprendi? usted en medio de una
peque?a rencilla familiar.
CR?TICO DE ARTE: Es usted muy afortunada, se?ora. Tiene en lista de
espera a cientos de socialites que se disputan el privilegio de ver el
tatuaje de Picasso.
SRA. REEVES: En unos cuantos meses todos podr?n apreciarlo en vivo y a
todo color. Voy a donarlo al museo de New Blackwood, mi pueblo natal.
Escriba eso en su revista: "La se?ora Reeves, en un supremo sacrificio,
deseosa de que sus coet?neos aprecien las grandes obras de nuestro
siglo..."
CR?TICO DE ARTE: Por favor, se?ora, nuestra revista no tiene la
costumbre de esperar en la fila.
SRA. REEVES: No, mi caro amigo. Lo que ocurre es que hoy me encuentro
un poco indispuesta..
CR?TICO DE ARTE: ?Eso implica que los rumores son ciertos?
SRA. REEVES: ?Rumores? ?Qu? rumores?
CR?TICO DE ARTE: Se dicen tantas cosas.
SRA. REEVES: ?C?mo qu??
CR?TICO DE ARTE: ?Puedo hablarle con franqueza?
SRA. REEVES: Claro.
(CR?TICO DE ARTE se acerca a SRA. REEVES y susurra en su o?do el gran
secreto.)
CR?TICO DE ARTE: Pelos.
SRA. REEVES: ?Pelos?
CR?TICO DE ARTE: Pelos. (Pausa.) Pelos en el pecho. Seg?n los ?ltimos
reportes, una mancha de vellos negros cubri? primero las piernas del
minotauro, subi? luego desde el ombligo hasta donde comienza la cabeza
del toro y acab? sepultando el dibujo bajo una densa mara?a
capilar.
SRA. REEVES: Que rid?culo. ?Pelos en el pecho! ?Y usted cree esas
patra?as?
CR?TICO DE ARTE: Hablando sin pelos en la lengua: S?. Hasta que no me
desmientan mis propios ojos no tendr? otra opci?n m?s que creerlo, al
igual que todos mis lectores.
(Pausa.)
SRA. REEVES: Bueno, s?. Hay algo de verdad en ese feo rumor. Pero no se
preocupe, puede decirle a sus lectores que ya estoy tomando cartas en
el asunto. Mand? llamar a mi estilista privado, el m?s exclusivo de
todo Nueva York. Precisamente justo antes de su llegada est?bamos a
punto de finiquitar este feo asunto.
CR?TICO DE ARTE: ?Me permitir?a verlo antes de finiquitarlo?
SRA. REEVES: Pero que s?lo lo miren sus ojos.
CR?TICO DE ARTE: ?Qu? privilegio! Hab?a visto la c?lebre foto del
Times, pero verlo en carne propia... o ajena... es otra cosa.
(El CR?TICO DE ARTE acerca su mano al tatuaje como hipnotizado.)
SRA. REEVES: ?Cuidado!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se abalanza sobre el CR?TICO DE ARTE
y comienza a golpearlo.)
CR?TICO DE ARTE: ?Auxilio!
SRA. REEVES: ?D?jalo, monstruo inculto! ?Est?s golpeando a una de las
revistas de mayor circulaci?n a nivel internacional!
(El ESTILISTA se lanza sobre HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO e intenta
sujetarlo de manera infructuosa.)
AMA DE LLAVES: ?Basta! ?No lastimes a las visitas!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se detiene.)
SRA. REEVES: (Al CR?TICO DE ARTE) ?Est? usted bien?
CR?TICO DE ARTE: ?Que maravilla! Cuando el muchacho golpea, la protesta
impl?cita en el minotauro se vuelca sobre el espectador, haci?ndole
sentir en carne propia la experiencia est?tica.
SRA. REEVES: R?pido, Pierre, termine con esto de una buena vez.
ESTILISTA: Por favor, ay?denme a sostenerlo. (Sujetan con una soga las
mu?ecas y el cuello de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.) Cualquier
movimiento s?bito podr?a afectar la calidad final del producto.
AMA DE LLAVES: Qu?date quieto, mi amor, para que el peluquero pueda
ponerte guapo.
ESTILISTA: Estilista, se?orita, estilista. Los peluqueros cortan
cabezas, los estilistas somos artistas del cabello.
CR?TICO DE ARTE: Se?ora Reeves, le pido que reconsidere antes de que
sea demasiado tarde.
SRA. REEVES: ?Que reconsidere qu??
CR?TICO DE ARTE: El problema no es t?cnico sino est?tico. Lo de menos
es rasurarlo, ?pero tiene el derecho a interrumpir la evoluci?n de una
obra concebida para transformarse a trav?s del tiempo?
SRA. REEVES: No entiendo lo que me dice, joven.
CR?TICO DE ARTE: ?Habr?a utilizado Picasso la piel humana si no hubiese
querido que los pelos ocultasen el tatuaje conforme el ni?o
creciera?
ESTILISTA: ?Shhh! Guarden silencio, por favor. Esta operaci?n es muy
delicada.
SRA. REEVES: (Susurrando.) ?Dice usted que Picasso ya ten?a contemplado
lo de los pelos?
CR?TICO DE ARTE: Enti?ndalo, se?ora, el tema de Picasso fue siempre la
figura humana. Es natural que su inter?s por el ser humano lo haya
conducido a prescindir del lienzo y a pintar directamente sobre la piel
del hombre, para fundir el sujeto y el objeto de su expresi?n
pl?stica.
ESTILISTA: Amigo, su incesante parloteo no deja que me concentre.
CR?TICO DE ARTE: Es obvio que Picasso ha plasmado en el pecho del ni?o
sus ansias de rejuvenecer, utilizando los pelos como el hilo de Ariadna
que le permita salir de su laberinto interior hacia el paraje solar de
la carne y el deseo.
SRA. REEVES: ?Usted cree?
CR?TICO DE ARTE: Claro, los pelos cumplen la misma funci?n que los
boletos del metro y las cajetillas de cerillos en los cuadros de la
?poca del cubismo sint?tico pintados en colaboraci?n con Braque.
Eliminarlos ser?a un crimen de lesa cultura, una bestialidad tan
horrible como rasurar a la Mona Lisa bigotona de Marcel Duchamp.
(El ESTILISTA corta sin querer el pecho de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO, que gime adolorido.)
AMA DE LLAVES: ?Cuidado, que lo lastima!
ESTILISTA: Se los dije. ?Les ped? que se callaran y ustedes segu?an
parloteando y parloteando! ?Supliqu? que guardaran silencio y ustedes
segu?an distray?ndome con sus est?pidas opiniones!
SRA. REEVES: ?Qu? ha hecho usted, Pierre? ?Acaba de masacrar una de las
mayores obras de arte de este siglo! (A HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO.) ?Y t?? ?Cu?nta ingratitud llena tu coraz?n?
(La SRA. REEVES abofetea a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.)
AMA DE LLAVES: Se?ora, el muchacho no tiene la culpa de lo que hacen
sus gl?ndulas.
SRA. REEVES: ?Esta es la mayor tragedia en toda la historia del arte
contempor?neo! ?Este imb?cil borr? la "o" de Picasso!
ESTILISTA: ?Pero c?mo quer?an que me concentrara? (Al CR?TICO DE ARTE.)
?Acaso yo voy hasta su oficina mientras usted escribe y le grito todo
lo que pasa por mi cabeza?
SRA. REEVES: ?La "o" de Picasso!
CR?TICO DE ARTE: No hablaba en mi nombre, sino en defensa del
arte.
ESTILISTA: ?Si usted no habla! ?Nada m?s llena el aire de ruido! ?Bla,
bla, bla, bla!
CR?TICO DE ARTE: ?M?s respeto, se?or m?o!
ESTILISTA: ?Bla, bla, bla, bla!
SRA. REEVES: ?Necesito un tranquilizante! ?Necesito...!?Que me
traigan...!
(La SRA. REEVES se sujeta el brazo derecho, tiembla violentamente hasta
quedar s?bitamente congelada.)
CR?TICO DE ARTE: ?Que tengo un doctorado en Historia del Arte!
ESTILISTA: ?Ya sabe por donde se puede meter su doctorado!
AMA DE LLAVES: Se?ora, est? usted muy p?lida.
(La SRA. REEVES cae fulminada al suelo.)
AMA DE LLAVES: ?Se?ora!
CR?TICO DE ARTE: ?Peluquero de mierda!
ESTILISTA: ?Cr?tico de porquer?a!
(El CR?TICO DE ARTE y el ESTILISTA comienzan a luchar
violentamente.)
AMA DE LLAVES: ?Se?ora!
CR?TICO DE ARTE: Va a tragarse cada una de sus palabras.
ESTILISTA: ?Qui?n me va a obligar? ?Eh? ?Qui?n me va a obligar?
(AMA DE LLAVES toma las tijeras del ESTILISTA, se acerca lentamente a
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO y corta las sogas que lo atan.)
AMA DE LLAVES: ?Esta es tu oportunidad! ?Escapa, mi ni?o!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se queda inm?vil viendo fijamente al
AMA DE LLAVES. El CR?TICO DE ARTE y el ESTILISTA contin?an con su
combate.)
CR?TICO DE ARTE: ?Cretino!
ESTILISTA: ?Idiota!
AMA DE LLAVES: ?Vete de aqu? antes de que llegue la polic?a, si no
quieres vivir el resto de tu vida en un museo!
CR?TICO DE ARTE: ?V?ndalo!
ESTILISTA: ?Erudito!
(AMA DE LLAVES le da un tierno beso a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO.)
AMA DE LLAVES: No tengas miedo, mi amor. Alg?n d?a estaremos juntos
otra vez, te lo prometo.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO toma las tijeras del ESTILISTA y se
aleja r?pidamente.)
AMA DE LLAVES: ?Voy a rezar por ti todas las noches, amor! Hasta que
nos volvamos a encontrar, mi hombrecito de pelo en pecho.
(La oscuridad envuelve el espacio. A lo lejos, las d?biles notas de una
arm?nica comienzan a sonar.)
IV. Poetas y Maleantes
(FRANKLIN RAMIREZ, una v?ctima m?s de la luna, interpreta con su
arm?nica la melod?a "Blowin? in the wind" de Bob Dylan como si fuera
una triste serenata solitaria. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se
acerca, hipnotizado por las notas que escapan del instrumento.)
FRANKLIN RAM?REZ: Ah, un admirador ?Te gusta la buena m?sica? (Pausa.)
?Qu? te pasa? ?Est?s mudo o qu?? (Pausa.) ?Qu? haces por estos rumbos a
estas horas, ni?o? ?No te da miedo? Est?s en Greenwich Village,
territorio de poetas y maleantes.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO saca las tijeras y apunta tembloroso
con ellas.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Disculpe, se?or, pero esto es un
asalto.
FRANKLIN RAM?REZ: No tengo dinero.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Me permitir?a que revisara sus
bolsillos, si es usted tan amable?
FRANKLIN RAM?REZ: Claro que si, no faltaba m?s. Adelante.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se acerca y hurga en los bolsillos de
FRANKLIN RAMIREZ. FRANKLIN RAMIREZ lo sorprende, le quita s?bitamente
las tijeras y tira al suelo a su oponente con una r?pida llave de lucha
libre.)
FRANKLIN RAM?REZ: Ahora es mi turno. ?Cu?nto dinero tienes,
idiota?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No tengo ni un centavo, se?or.
FRANKLIN RAM?REZ: ?C?mo de que no? ?Qu? tus padres no te dan
nada?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Soy hu?rfano.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Hu?rfano?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Acabo de escaparme del orfanatorio.
No conozco a nadie.
FRANKLIN RAM?REZ: Lev?ntate. (Lo ayuda a levantarse y le sacude el
polvo.) ?Por qu? andas desnudo, no tienes fr?o? Ten, c?brete. (Le da un
peri?dico.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Gracias, se?or. (Pausa.) Tambi?n
tengo mucha hambre.
FRANKLIN RAM?REZ: Como todos, chico, como todos.?Qu? tienes en el
pecho, ni?o? ?Una infecci?n? ?Te has estado metiendo con
prostitutas?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Es un tatuaje, se?or.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Qu? se supone que es eso? ?Un toro?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Un minotauro
FRANKLIN RAM?REZ: No los conozco. ?Es una nueva cruza?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Es arte abstracto.
FRANKLIN RAM?REZ: (Comienza a re?rse desaforadamente, hasta casi
terminar rodando por el suelo.) ?Esa mamarrachada es arte? Pero si ese
monigote est? deforme. Te la hicieron buena, si hasta parece que te lo
dibuj? un ni?o. M?ralo bien. La cabeza est? mal dibujada, el pecho est?
torcido. De seguro que el que lo hizo estaba bien borracho. ?Quieres
ver lo que es arte del bueno? Mira, del?itate con esta hermosura. (Le
ense?a el est?mago, en donde se encuentra el tatuaje de una mujer
pierniabierta.) Me la hizo Boots Miller, el mejor artesano de San
Quint?n. ?Qu? te parece? Se llama Sonia, como mi novia de Puerto Rico.
?Quieres verla bailar la danza del ombligo?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Si, se?or.
(FRANKLIN RAM?REZ toca su arm?nica y comienza a mover el est?mago
r?tmicamente. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO aplaude animado.)
FRANKLIN RAM?REZ: Eres medio tonto, pero sabes apreciar lo bueno. Eso
me gusta. (Pausa.) Franklin Ram?rez, a tus ?rdenes.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Franklin qui?n?
FRANKLIN RAM?REZ: Ram?rez. Franklin Ram?rez. El enemigo p?blico n?mero
uno. El mejor carterista de todo Puerto Rico, actualmente abriendo
sucursales en Nueva York.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Nunca escuch? hablar de usted..
FRANKLIN RAM?REZ: Bueno, hasta Chaplin alguna vez fue un
desconocido.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Entonces usted es un criminal?
FRANKLIN RAM?REZ: Digamos que soy un hombre de negocios muy liberal.
(Pausa.) Antes yo era como t?, ni?o. Ingenuo, torpe, lleno de mierda.
Hasta que un buen d?a me di cuenta de que para sobrevivir en este mundo
un hombre necesita desarrollar sus propios talentos, confiar en la
fuerza de sus dos manos. (Besa sus propias manos.) ?Dices que tienes
hambre?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Si, se?or Ram?rez, tengo mucha
hambre.
FRANKLIN RAM?REZ: Pues te voy a dar a probar las mieles del oficio m?s
noble del mundo.
(Las luces se apagan gradualmente. Se escucha el sonido de un tren que
avanza ruidosamente en medio de la oscuridad. La luz llega de nueva
cuenta. Varios PASAJEROS DEL METRO viajan apaciblemente. Uno de ellos
sostiene un peri?dico con un gran encabezado que dice: "B?squeda
Fren?tica Del Picasso Perdido". FRANKLIN RAM?REZ entra al vag?n
acompa?ado de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO, que porta gafas oscuras
y bast?n de ciego. En sus manos sostiene una vieja lata de metal.
)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: (Con voz muy fingida.)?Una limosna,
por favor, para ayudar a este pobre ciego! ?Una limosna para estos
pobres ojos que no ven!
(Los PASAJEROS DEL METRO le regalan algunas monedas. Al llegar al
centro del vag?n, HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se detiene y deja
caer el contenido de la lata.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Mis monedas! ?Se me cayeron todas!
?Ayuden a este pobre ciego, por amor de Dios!
(Los PASAJEROS DEL METRO ayudan a recoger las monedas. FRANKLIN RAMIREZ
pasa al lado de ellos y substrae sus carteras conforme se
inclinan.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Muchas gracias, gentes caritativas!
Bien dicen las Escrituras: "Pedid, y se os dar?; buscad, y hallar?is;
llamad, y se os abrir?." ?Que Dios los bendiga y los guarde
siempre!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO y FRANKLIN RAMIREZ salen del vag?n y
reparten euf?ricos el bot?n.)
FRANKLIN RAM?REZ: Cada d?a lo haces mejor, socio. (Reparte billetes.)
Uno para ti, tres para m?. Uno para ti, cuatro para mi.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Y t? eres muy bueno, Frank!
FRANKLIN RAM?REZ: Uno para ti, cinco para m?. No necesitas dec?rmelo,
muchacho. Estas manos est?n llenas de magia. Ahora lo ves y ahora ya
no. Uno para ti, seis para mi.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Quisiera ser como t?!
FRANKLIN RAM?REZ: Alg?n d?a vas a conocer todos mis secretos, ni?o. Ya
ver?s, vas a usar tus manos como instrumentos de precisi?n, con
extraordinaria fineza, como el cirujano utiliza el bistur?, como el
pintor utiliza el pincel.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?T? crees, Frank?
FRANKLIN RAM?REZ: Claro, chico, claro. Ahora, despu?s de un d?a de
trabajo duro, ?a disfrutar de un descanso bien ganado!
(Las luces bajan de intensidad. Se escucha m?sica de cabaret. En medio
de las luces de un reflector aparece una mujer que baila sensualmente
al ritmo de la m?sica.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Qui?n es esa mujer, Frank?
FRANKLIN RAM?REZ: No es una mujer. Es un hueco en el alma.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?C?mo?
FRANKLIN RAM?REZ: Se llama Iris. Iris La Esplendorosa. Cuando llegu? a
este pa?s vine a este lugar a festejar la primera noche de mi sue?o
americano. Esa fue la primera vez que la vi, ni?o. Desde ese d?a,
regreso siempre que puedo. Nunca he hablado con ella. Nunca la he
tocado. Nada m?s la miro ah? bailando. Cada noche, me sale una lengua
de los ojos, me salen labios, me salen dedos. Ella tambi?n me mira. A
veces sus ojos me buscan, a veces nuestros ojos se encuentran
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Y por qu? no hablas con ella,
Frank?
FRANKLIN RAM?REZ: Necesito dinero. Mucho dinero.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Por qu??
FRANKLIN RAM?REZ: ?Est?s loco? ?No entiendes nada de asuntos del
coraz?n?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Supongo que no.
FRANKLIN RAM?REZ: Mira, chico, yo tambi?n soy hu?rfano, como t?. Ning?n
pap? para ayudarte, ninguna mam? para abrazarte. Esa es la soledad, no
sentir nunca la sonrisa de una madre. Es algo que est? impreso en tu
cara, y los dem?s se dan cuenta antes de que tu se los digas. Es como
una enfermedad. Est?s enfermo de algo que te llega hasta lo m?s
profundo de tus huesos. Y los dem?s no quieren contagiarse.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Yo s?, Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: Si, la amistad es la mejor cosa del mundo. Por eso
cuando un amigo te llama tienes que obedecer. Tienes que hacer por ?l
lo que ni Dios mismo har?a. Esa es la ?nica ley. Si no lo haces, mejor
te pierdes en la oscuridad. Te pones a ladrar en la noche como un
perro.
(FRANKLIN RAM?REZ comienza a aullar. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO
se le une. Ambos a?llan alegre y desenfadadamente durante algunos
segundos.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Salud, Frank! ?Por el mejor amigo
del mundo!
FRANKLIN RAM?REZ: ?Hasta el fondo, chico!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Hasta el fondo!
(Oscuro. La m?sica cambia. La escena se ilumina nuevamente y vemos a
FRANKLIN RAMIREZ profundamente dormido sobre la mesa. HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO se acerca llevando un ramo de rosas envuelto en
papel peri?dico. )
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Despierta, Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Qu? pasa?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Te quedaste dormido.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Qu? hora es?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Ya est? amaneciendo.
FRANKLIN RAM?REZ: Ya es hora de irnos. Est?n recogiendo las
mesas.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Todav?a, no, Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Qu? traes ah??
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Es una sorpresa.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Qu? es eso? ?Un ramo de rosas?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: S?, para tu amada, Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Para qui?n?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Para Iris La Esplendorosa. Las compr?
afuera.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Por qu? malgastas nuestro dinero, ni?o?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Lo hice con mi dinero, Frank, mi
veinte por ciento. Es mi regalo para ti. Ll?vaselas y dile que la
quieres.
FRANKLIN RAM?REZ: Est?s loco.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: T?malas.
FRANKLIN RAM?REZ: No.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: (Le ofrece el ramo.) Por favor.
FRANKLIN RAM?REZ: ?Te digo que no!
(FRANKLIN RAM?REZ derriba el ramo de un manotazo. Las flores caen al
suelo y sobre la mesa. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO las
recoge.)
FRANKLIN RAM?REZ: T? no entiendes c?mo son estas cosas, ni?o. No es tan
f?cil como crees. (Descubre el peri?dico donde ven?an envueltas las
rosas.) ?Y esto qu? es? (Toma el peri?dico. Lo mira detenidamente.)
Mira, chico, tu fotograf?a sali? en el peri?dico.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se levanta alarmado e intenta tomar
el peri?dico. FRANKLIN RAM?REZ lo aparta con una mano conforme
lee.)
FRANKLIN RAM?REZ: ?Cu?ntas cosas no le has dicho a tu socio,
muchacho?
(FRANKLIN RAM?REZ abre la camisa de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.
Examina el dibujo del minotauro.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: D?jame, Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: Te voy a dejar, pero en la estaci?n de polic?a.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Su?ltame.
FRANKLIN RAM?REZ: Aqu? dice que hay una recompensa por tu devoluci?n.
Dice que hab?as sido donado a un museo, pero que te escapaste antes de
llegar. M?ralo t? mismo.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Por favor.
FRANKLIN RAM?REZ: Este va a ser el primer negocio limpio de mi
vida.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Acu?rdate que somos amigos,
Frank.
FRANKLIN RAM?REZ: Lo s?, muchacho. lo s?. (Pausa.) Soy como
Judas.
(FRANKLIN RAM?REZ besa su propia mano y sopla en direcci?n a HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO, como si le estuviera enviando el beso por el
aire. Luego le da un fuerte golpe que lo deja inconsciente.)
FRANKLIN RAM?REZ: Por suerte t? no eres Jesucristo.
(La lenta oscuridad llena el escenario.)
V. Un Museo Respetable
SECRETARIA: Buenos d?as, jefe. Lleg? temprano el d?a de hoy.
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Shhh! (Pausa.) Hay que disfrutarlo.
SECRETARIA: ?Qu? cosa?
DIRECTOR DEL MUSEO: El silencio. ?No lo oye?
SECRETARIA: No oigo nada.
DIRECTOR DEL MUSEO: Eso es lo maravilloso. (Pausa.) As? me imagino el
para?so, como un enorme museo en las nubes atendido por sordos y
visitado por ciegos.
SECRETARIA: ?Se siente bien, se?or director?
DIRECTOR DEL MUSEO: Estoy un poco cansado. Llevo varios d?as sin
dormir.
SECRETARIA: Deber?a descansar un poco.
DIRECTOR DEL MUSEO: Eso quisiera, pero cuando cierro los ojos llegan
los sue?os. Vacas gigantescas que salen de refrigeradores. Laberintos
interminables por los que camino durante d?as con el sonido eterno del
aire acondicionado. (Imita el ruido de la h?lice de un motor.) Shush,
shush, shush, shush.
SECRETARIA: ?Quiere que le traiga alg?n somn?fero?
DIRECTOR DEL MUSEO: Shush, shush, shush.
SECRETARIA: ?Por qu? no se va de vacaciones hasta que todo vuelva a la
calma?
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Ad?nde podr?a ir? El ruido est? en todas partes.
En las playas las olas se burlan de m?, en los hoteles los turistas me
atacan con sus gritos, en las calles los autom?viles me gru?en como si
yo fuera su peor enemigo. No. Este lugar es mi ?nico santuario. Hasta
hace poco hab?a sido mi ?nico refugio. Hasta que esa bestia me arrebat?
el paraiso. (Pausa.) Pero hoy es la dulce venganza.
SECRETARIA: Deber?a irse a su casa y descansar. Es usted muy
sensible.
DIRECTOR DEL MUSEO: As? era desde peque?o. Mi mam? nos cuidaba de los
ruidos del mundo. Por eso eleg? mi carrera, ?sabe? Pens? que si en
alg?n lugar podr?a encontrar el silencio de mi madre ser?a en un museo.
?En donde m?s? Los museos son silenciosos como grandes mausoleos.
SECRETARIA: Tambi?n podr?a haber sido bibliotecario.
DIRECTOR DEL MUSEO: No. Sufro de conjuntivitis extrema y miop?a
severa.
SECRETARIA: Entonces me imagino que no ha le?do las ?ltimas
noticias.
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Cu?les?
SECRETARIA: Los peri?dicos publicaron ayer una carta del jefe de la
iglesia metodista. Acusa a nuestro museo de atentar contra las buenas
costumbres. Exige la inmediata expulsi?n de Hombre Con Minotauro En El
Pecho
DIRECTOR DEL MUSEO: Qu? verg?enza.
SECRETARIA: Dice que si Picasso es ateo, entonces Hombre Con Minotauro
En El Pecho es el Anticristo.
DIRECTOR DEL MUSEO:?Nuestro museo inmerso en el esc?ndalo!
SECRETARIA: Y hoy publicaron la respuesta del partido liberal,
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Qu? dicen esos rojillos?
SECRETARIA: Dicen que jam?s permitir?n que un fan?tico religioso
destruya el patrimonio art?stico del pueblo. Van a hacer una
manifestaci?n frente a las oficinas del alcalde hasta que...
DIRECTOR DEL MUSEO: Lo que no saben es que el alcalde ya tom? cartas en
el asunto.
SECRETARIA: ?Qu? quiere decir?
DIRECTOR DEL MUSEO: Ayer hubo una junta especial. Se puso a votaci?n
todo este asunto y la resoluci?n...
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Exijo un trato humanitario!
DIRECTOR DEL MUSEO: Oh, no, ah? empieza otra vez. Que agon?a, Dios m?o.
Esos gritos...
SECRETARIA: ?Quiere que vaya a atarlo, se?or?
DIRECTOR DEL MUSEO: No, esta vez ir? yo mismo. El infierno termina
hoy.
(El DIRECTOR DEL MUSEO y la SECRETARIA salen corriendo hacia una
plataforma donde HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO se encuentra atado
con una cuerda. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO en pleno combate con
el NOVIO mientras la NOVIA observa la pelea llena de espanto.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Voy a pervertir a todas las
jovencitas de High School y a todos sus maestros de Historia del Arte!
?Voy a orinarme encima de.. !
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Qu? pasa? ?Detengan ese ruido infernal!
NOVIO: ?Lo voy a matar!
(DIRECTOR DEL MUSEO detiene al NOVIO y lo sujeta por los brazos.)
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Esta usted loco, se da cuenta del riesgo que est?
corriendo?
NOVIO: D?jeme, yo puedo contra ?l.
DIRECTOR DEL MUSEO: No sea tonto, lo que le pase a usted es
irrelevante. Estamos hablando del Picasso, ?c?mo se atreve a arriesgar
una obra maestra de ese calibre? ?Se pondr?a a jugar a la lucha libre
con el Guernica o con las Se?oritas de Avi??n?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?El Guernica es una porquer?a!
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Silencio!
NOVIA: ?D?ganle que se calle!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Y las se?oritas de Avi??n eran m?s
putas que esta cacat?a reum?tica!
NOVIA: ??C?mo se atreve?!
NOVIO: ?D?jeme, que lo mato! ?Aunque sea un Picasso!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?M?tanse a Picasso por donde les
quepa!
NOVIO: ?Ninguna obra de arte, por importante que sea, tiene derecho a
hacer lo que hizo!
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Qu? pas??
NOVIA: Fue horrible.
NOVIO: No pienses en eso, mi amor.
NOVIA: No puedo dejar de recordarlo.
NOVIO: Pasar? con el tiempo. Todo pasa.
NOVIA: Fue espantoso.
NOVIO: Lo enterraremos debajo de la alfombra
NOVIA: No, nunca podr? borrarlo de mi mente.
NOVIO: Haremos de cuenta que nunca pas?.
NOVIA: Me va a acompa?ar hasta el d?a de mi muerte.
NOVIO: ?Va a morir ?l primero!
DIRECTOR DEL MUSEO: ?Qu? sucedi?, se?orita?
(Un embarazoso silencio se interrumpe cuando la NOVIA comienza a llorar
estrepitosamente.)
NOVIA: ?Me ense?? su miembro! ?Su miembro sucio y asqueroso!
NOVIO: ?Lo mato!
DIRECTOR DEL MUSEO: Lo lamento mucho, se?orita. Le aseguro que, bajo
las condiciones normales, este es un museo respetable.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Respetable su culo!
NOVIO: ?Est?s muerto!
DIRECTOR DEL MUSEO: ?C?llense por el amor de Dios! ?Acaso sus madres no
les ense?aron a guardar silencio?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Viejo hip?crita! ?Por qu? no me ha
dado de comer en todo el d?a??Tengo hambre! ?Cada vez me alimenta
peor!
SECRETARIA: No s? de qu? se queja, se?or director, si se gana la vida
sin mover un dedo. Tiene alma de vedette
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Voy a hacer una huelga de pecho
tapado! Nadie va a ver al minotauro hasta que no me den de comer. Exijo
bisteces enormes de vacas grandes y jugosas. ?Bisteces de
elefan...!
(DIRECTOR DEL MUSEO aprieta un dispositivo manual, HOMBRE CON MINOTAURO
EN EL PECHO gime y se tuerce en el piso.)
DIRECTOR DEL MUSEO: Como le dec?a, se?orita, este es un museo
respetable y nos interesa mantenerlo as?. Hoy le integramos a esta
pieza un sistema de seguridad el?ctrico que opera con este peque?o
dispositivo. El alcalde nos proporcion? los fondos. Le vamos a ense?ar
buenos modales lentamente, hasta que deje de hacer corto circuito con
nuestros distinguidos visitantes. Ahora, ?qu? les parece si lo dejamos
descansar un rato? Vamos para afuera, j?venes, sin hacer ruido. En
silencio, como las personas educadas, que no se escuche ni el sonido de
nuestros pasos.
(El DIRECTOR DEL MUSEO sale de escena acompa?ado de la SECRETARIA, el
NOVIO y la NOVIA. En medio de la oscuridad comienza a escucharse la
canci?n "Coconut Grove" de los Lovin? Spoonful. La luz de dos linternas
aparece furtivamente. Entre destellos aparecen las caras de DOS
LADRONES disfrazados con m?scaras del Pato Donald. HOMBRE CON MINOTAURO
EN EL PECHO se despierta y observa somnoliento a los DOS
LADRONES.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Qui?nes son ustedes? ?Por qu? est?n
vestidos as?? Un momento... (Pausa.)?Son ladrones? (Pausa.) Por fin.
Gracias a Dios. Ll?venme a donde quieran pero s?quenme de aqu?. Yo
mismo buscar? a mi comprador, no les dar? molestias.
(Los DOS LADRONES golpean a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO hasta
dejarlo inconsciente. Uno de ellos lo inyecta con una jeringa. Las
linternas se apagan.)
VI. La Selva Negra
(La luz de un reflector ilumina la p?lida figura de HELGA LA
HERMAFRODITA que canta en lip synch la canci?n "Fever", interpretada
por Peggy Lee. En su mano sostiene un dildo que le sirve de micr?fono.
La canci?n termina y HELGA LA HERMAFRODITA saluda al p?blico.)
HELGA LA HERMAFRODITA: ?C?mo est?n, escoria del planeta? ?Est?n listos
para que los penetre la oscuridad del esp?ritu? ?Quieren que los coja
la mierda que est? en sus almas? Pues han llegado al agujero adecuado.
?Bienvenidos al abismo eterno donde la perversidad es la mejor
religi?n! La Selva Negra los recibe con las piernas abiertas. Esta
noche tenemos una sorpresa inolvidable. Nuestro venerado anfitri?n, el
distinguido Heinrich Kranz, mejor conocido como El Hombre De Las Nieves
(aspira por la nariz como si estuviera inhalando coca?na) nos pide que
festejemos el cumplea?os de su querid?sima esposa. ?En donde est? la
ni?a del cumplea?os? ?En donde est? nuestra deliciosa benefactora, la
directora del Club de Profanadores del Arte, la siempre perversa y
jugosa Uninge? Vente conmigo, ni?a. Un aplauso, por favor. (UNINGE sube
al escenario, vestida y maquillada como una escu?lida y ojerosa
prostituta infantil, lleva trenzas escolares, lunares pintados y una
camiseta con la leyenda "Fuck Me And Leave Me".)?C?mo est? mi melocot?n
prohibido?
UNINGE: Aburrida.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Por qu??
UNINGE: ?No sabes lo nauseabundo que es ver tu est?pido y asqueroso
espect?culo noche tras noche tras noche, hermafrodita apestosa?
HELGA LA HERMAFRODITA: ?C?mo le dices eso a Helga, mi amor clandestino?
Si antes era tu favo...
UNINGE: Durante un rato fue divertido. Cuando orinaste sobre el Cristo
amarillo de Gauguin me gust?, cuando hiciste el concurso de las
vomitadas sobre los Rembrandts, estuvo bien. Pero todo se acaba.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Por qu? me dices esas cosas, ?ngel de la
perversi?n? Yo me esfuerzo por complacerte.
UNINGE: No lo suficiente, querida. ?Qu? pasa? ?Quieres regresar a la
cl?nica? Recuerda, mi querido Heinrich te sac? de los burdeles de
Hamburgo porque tiene un coraz?n generoso, pero yo no tengo ese defecto
y te puedo enviar de regreso a la mierda antes de lo que me tarde en
bostezar.
HELGA LA HERMAFRODITA: Esta noche tenemos algo especial, preciosa
Uninge, cr?elo, por el amor de Sade.
UNINGE: Ya no creo en nada, menos en este jueguito de las
profanaciones. Podr? volver locos a estos idiotas, pero que a m? ya no
me satisface. ?De qu? sirve masacrar obras de arte? Si el arte muri?
desde que le pusimos precio. Nada m?s es un pretexto para jugar a la
bolsa. Yo no necesito echarle ?cido a las obras maestras. Con mover un
dedo, la tela que val?a cincuenta mil d?lares en la noche se cotiza en
100 por la ma?ana.
HELGA LA HERMAFRODITA: Esto es distinto. Tu querid?simo esposo se
preocupa tanto por ti que busc? el regalo perfecto. ?Qu? se le puede
dar a la mujer que lo tiene todo?
UNINGE: ?Una muerte r?pida y sin dolor?
HELGA LA HERMAFRODITA: No, querida amazona, nuestro bien amado Heinrich
encontr? el mejor regalo de cumplea?os que...
UNINGE: ?Deja de parlotear y sorpr?ndeme de una buena vez, momia
sifil?tica!
HELGA LA HERMAFRODITA: S?, mi ama y se?ora. Le presento la ?nica obra
de arte en el mundo cien por ciento org?nica. La creaci?n m?s original
del siempre despreciable Pablo Picasso: ?Hombre Con Minotauro En El
Pecho!
(Entran los DOS LADRONES cargando a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO
envuelto en celof?n y adornado con un mo?o. UNINGE lo admira durante
unos segundos, completamente absorta, hasta que rompe el celof?n y le
da un apasionado beso al tatuaje de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO.)
HELGA LA HERMAFRODITA: Vamos, todos juntos ?Feliz cumplea?os,
Uninge!
(UNINGE se lanza sobre HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO, lame su
tatuaje y comienza a acariciarlo mientras los DOS LADRONES lo sostienen
de sus brazos.)
UNINGE: No sabes cu?nta falta le hac?as a mi colecci?n.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os Uninge!
UNINGE: Ya estaba cans?ndome de las obras inanimadas. Por mucho que las
odie, uno se cansa de pisotearlas.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os, querida Uninge!
UNINGE: ?Las agujas!
(HELGA LA HERMAFRODITA le pasa a UNINGE unas agujas de macram?. UNINGE
las clava en el pecho de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO, que grita
adolorido.)
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os a ti!
UNINGE: ?Traigan los limones!
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os, Uninge!
UNINGE: Vas a comer cuando yo te diga que comas.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os, Uninge!
UNINGE: Vas a cagar cuando yo te diga que cages.
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os, querida Uninge!
UNINGE: Si crees en Dios, encomi?ndale tu alma. Tu culo me pertenece a
m?.
(UNINGE roc?a jugo de lim?n sobre el torso de HOMBRE CON MINOTAURO EN
EL PECHO, que grita fuertemente.)
HELGA LA HERMAFRODITA: ?Feliz cumplea?os a ti!
UNINGE:?Aaaargghhh! (UNINGE tiene un orgasmo. Cuando termina, se
reincorpora.) Ahora te toca a ti. (Se inclina lentamente hacia HOMBRE
CON MINOTAURO EN EL PECHO y se postra sumisamente ante ?l.) ?Cast?game,
amor, p?game, destruye a tu puta!
(Los DOS LADRONES le dan un l?tigo a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO,
quien respira agitado. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO duda durante
unos algunos momentos, pero s?bitamente comienza a azotar a UNINGE con
gran euforia. UNINGE gime estruendosamente. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO a?lla como perro. Se escucha de nueva cuenta la canci?n "Fever"
mientras HELGA LA HERMAFRODITA baila y canta sensualmente al ritmo de
la oscuridad que va cayendo.
Los aullidos y los gritos son reemplazados por el ruido insistente de
la lluvia acompa?ado de los timbrazos de un tel?fono y el zumbido
lejano de los trenes. La luz llega de nueva cuenta. HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO duerme pl?cidamente sobre una peque?a cama. HELGA
LA HERMAFRODITA teje un macram? a su lado.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Es muy tarde, ?o no?
HELGA LA HERMAFRODITA: Apenas son las ocho. ?Estas muy cansado?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Pues s?. Me pas? todo el d?a
complaciendo a las amigas de Uninge.
HELGA LA HERMAFRODITA: Pobrecito.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Hice un buen trabajo. Dej? que me
orinaran el tatuaje y les di bofetadas toda la noche y me disfrac? de
minotauro para cumplir todas sus fantas?as. Me qued? dormido, pero que
bueno que me despertaste. Necesito decirte algo muy...
HELGA LA HERMAFRODITA: Despu?s. Ahora te toca tu lecci?n de
macram?.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Ay, Helga.
HELGA LA HERMAFRODITA: La disciplina es importante.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO toma el tejido entre sus manos.
Enreda los hilos y los suelta desencantado.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No puedo. Me falta t?cnica.
HELGA LA HERMAFRODITA: No es cuesti?n de t?cnica, es cuesti?n de no
hacerlo por obligaci?n, sino por gusto.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO lo intenta otra vez, pero contin?a
enred?ndose.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Es muy dif?cil. Adem?s, ?c?mo me
hablas de hacer las cosas por gusto? En el tiempo que he pasado aqu? he
aprendido a mentir, a robar las joyas de mis amantes, a chantajearlas,
a hacerme el remol?n para que me den buenas propinas. Dig?moslo claro,
me he convertido en un vulgar prostituto.
HELGA LA HERMAFRODITA: Se puede ser prostituto y no ser vulgar.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Helga, ?te puedo decir un secreto?
(HELGA LA HERMAFRODITA asiente.) ?Tu sabes lo que hacen los futbolistas
cuando tienen mucha demanda? Cuando no est?n a gusto en un club compran
su carta para venderse al mejor postor. Yo voy a seguir su ejemplo.
?Por qu? seguir en el equipo de Uninge si soy el due?o natural de un
tatuaje tan cotizado?
HELGA LA HERMAFRODITA: No te entiendo.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Voy a largarme de aqu?. Hoy en la
tarde, le puse unas pastillas para dormir a Uninge y a sus amigas. Me
sal? de la cama y me escabull? hasta la oficina privada de Heinrich
Kranz.
HELGA LA HERMAFRODITA: Tienes suerte de que no te haya descubierto. El
se?or Kranz es un hombre despiadado.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Nunca est?, es como un fantasma. La
cosa es que habl? por tel?fono con la polic?a y les d? el pitazo. Les
habl? de todo lo que ocurre en esta casa. Llegar?n en cualquier
momento. Van a encontrar a todos con las narices llenas de coca, junto
con los cuadros robados y las esculturas desfiguradas.
(HELGA LA HERMAFRODITA se levanta y lo amenaza con las agujas del
macram?. Lo ve con odio durante algunos segundos. Luego se vuelve a
sentar y contin?a su labor.)
HELGA LA HERMAFRODITA: ?No tienes miedo de ir a la c?rcel?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No, como a?n soy menor de edad, voy a
ser el primero en salir. La semana pasada enterr? una Venus de Rubens y
un Goya semi-desfigurado en el jard?n. Se los voy a entregar al Museo
de New Blackwood a cambio de mi libertad. Cuando todo esto termine voy
a ser libre por primera vez en mi vida.
HELGA LA HERMAFRODITA: Lo planeaste muy bien.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: T? si corres riesgo, Helga, por eso
te digo todo esto. Huye de aqu? antes de que lleguen. No quiero que
termines tus d?as en una celda.
HELGA LA HERMAFRODITA: Muy interesante. Prosigamos nuestra lecci?n.
(Contin?a con el macram?.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?No me entendiste? Vete de aqu?. La
polic?a no tarda en llegar.
HELGA LA HERMAFRODITA: Es demasiado tarde. Uninge est? drogada. Lo
hiciste demasiado bien. Podr?a matarte.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Pero no te das cuenta? Esta en juego
tu vida. ?Qu? te importa Uninge?
HELGA LA HERMAFRODITA: Me importa.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Pero por qu?? ?Si te trata como una
esclava!
HELGA LA HERMAFRODITA: No puedo dejarla
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Pero por qu?, Helga?
HELGA LA HERMAFRODITA: Heinrich. Me llamo Heinrich. (Pausa.) Ahora,
?podr?amos terminar esta jodida lecci?n de macram??
(HELGA LA HERMAFRODITA y HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO permanecen
sentados. Se escucha a la distancia el aullido de varias sirenas
polic?acas. La luz desaparece lentamente.)
VII. Las Penas De Un Gigol?
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO baila un strip tease al ritmo de
"L?amour est un oiseau rebelle" de la ?pera Carmen de Georges Bizet. Su
baile es grotesco. En momentos lo interrumpe para darle largos tragos a
una botella que lleva en sus manos. Una elegante mujer llamada MARIE lo
observa. MARIE bebe con mucho nerviosismo. HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO abraza a MARIE, la besa en medio de un sopor alcoh?lico. MARIE
intenta regresar el beso, pero se detiene a los pocos instantes y se
separa de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.)
MARIE: No puedo.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Perd?n?
MARIE: Perd?neme, no puedo hacerlo.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Hacer qu??
MARIE: Esto. (Pausa.) Soy una mujer casada.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Todas las que vienen aqu? lo son.
(Pausa.) ?No es usted francesa?
MARIE: Yo amo a mi esposo.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Bueno, ?y por qu? no est? con
?l?
MARIE: Porque ?l no me ama a m?. (Llora.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Mire, se?ora. Yo no s? nada de
asuntos del coraz?n. Si quiere puede irse ahora, pero la tarifa es la
misma. Veinte mil francos.
MARIE: ?Veinte mil francos? ?Pero qui?n se cree usted que es? ?Alain
Delon?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Soy un Picasso original! Acostarse
conmigo es tan prestigioso como lucir un modelo exclusivo de Coco
Chanel.
MARIE: ?Y eso a mi qu? me interesa? (Pausa.) Yo s?lo quer?a vengarme de
Phillipe.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?No vino usted por el tatuaje?
MARIE: ?Cu?l tatuaje? Yo encontr? su tarjeta en la bolsa de la se?ora
de Bouilhet. Estaba desesperada. Tom? uno de los vestidos de la se?ora
y vine para ac?. No tengo tanto dinero, se?or. S?lo soy una ama de
llaves.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Una ama de llaves?
MARIE: Perd?neme, por favor. Qu? verg?enza, nunca hab?a hecho algo como
esto en toda mi vida. D?jeme ir, por favor, y le prometo que nunca m?s
me va a volver a ver. Por favor, se?or, se lo suplico.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: (Pausa.) Est? bien. No me debe
nada.
MARIE: Muchas gracias, se?or, muchas gracias. (Se dispone a
salir.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Pero no se vaya todav?a.
MARIE: Gracias, se?or, pero es que Phillipe puede...
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Le digo que se quede ah? sentada!
(Pausa.) Por favor, qu?dese un rato m?s. (Pausa.) La cena est? incluida
en el servicio.
MARIE: Bueno, pero s?lo unos momentos.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Fant?stico. No me gusta beber s?lo.
Aunque termino haci?ndolo casi todas las noches.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO coloca una mesa con un plato de
spaghetti y una botella nueva.)
MARIE: ?Bebe mucho?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: A veces. A veces s?, a veces no. A
veces s?lo, a veces acompa?ado. A veces en mi departamento, a veces en
la calle. A veces co?ac, a veces cerveza. A veces ron, a veces lej?a. A
veces lociones para despu?s de afeitar, a veces vinagre. (Pausa.)
?ltimamente, por mi precaria condici?n econ?mica, he adquirido una
predilecci?n muy fuerte por el aguarr?s. Salud.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO le sirve a MARIE en una copa, ?l bebe
a cuello de botella.)
MARIE: Que departamento tan lujoso.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Si, Saint Germain es uno de los
mejores barrios de Par?s.
MARIE: Phillipe nunca ha querido que nos mudemos, dice que
trabaja...
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Su esposo es un idiota.
MARIE: (Pausa.) Si, lo s?. (Pausa.) ?Es muy cara la renta?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Antes la pagaba con una sola noche de
trabajo.
MARIE: ?De verdad?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No sabe usted las sumas exorbitantes
que las millonarias exc?ntricas estaban dispuestas a pagar.
MARIE: ?Por acostarse con usted?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Por acostarse con una obra maestra
del arte contempor?neo. (Pausa.) Antes recib?a dos o tres mujeres por
noche. A veces las ten?a que poner en distintas habitaciones,
MARIE: Como mi dentista. Siempre que voy a su consultorio me deja en la
silla y se va a atender a otras pacientes.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Ahora tengo suerte si viene una a la
semana.
MARIE: Que pena.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Si, son las penas de un gigol?.
(R?e.) Cuando comenzaba ten?a tantas ilusiones. En cuanto juntara mi
primer mill?n de d?lares ten?a pensado comprar una casa en Cannes, de
preferencia la casa que cuidaba mi padre, para que se muriera de rabia
de verme tan exitoso.
MARIE: ?No se lleva bien con su pap??
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Tengo muchos a?os sin verlo. Ni
siquiera s? si ya muri?. Espero que s?.
MARIE: No diga eso.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Si Dios y el infierno existen, le
deseo la peor de las torturas.
MARIE: Estoy segura de que ?l lo am? a su manera.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?C?mo su esposo la ama a usted?
MARIE: (Se levanta.) Mejor me voy.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Qu?dese ah?! ?No se mueva! (Pausa.)
Mire, no s? c?mo tratar a las personas. Nunca lo aprend?. Soy un inepto
social.
MARIE: Esa es una gran desventaja para un prostituto.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Ya c?llese! Ahora entiendo al pobre
de su esposo, casado con una guacamaya que no para de hablar.
MARIE: Disc?lpeme, usted tiene raz?n. Phillipe me ama... a su manera.
(Pausa.) Con permiso, me tengo que retirar.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No va a ir a ninguna parte.
MARIE: Ya es muy tarde.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No tiene usted idea de lo que han
sido estas ?ltimas semanas. No sabe c?mo lo he intentado.
MARIE: Voy a hablar con mi esposo, tal vez las cosas todav?a tienen
remedio
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Quiero ser un ciudadano com?n y
corriente, pero no consigo relacionarme con nada ni con nadie. No
puedo.
(Suena el timbre.)
MARIE: ?La puerta! !D?jeme ir, por favor!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Dicen que el arte es in?til o no es
arte, y mi car?cter lo comprueba.
MARIE: ?Por lo que m?s quiera, que nadie sepa que estuve aqu?! ?Si
Phillipe se llega a enterar...!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: No me deje solo. Ahora me siento
bien, pero ma?ana voy a tener una cruda espantosa. Necesito
descansar.
MARIE: ?Su?lteme!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Esa es mi ?nica vocaci?n: el reposo.
A veces voy a la academia de pintura que queda a unas cuadras de aqu?.
?La conoce?
MARIE: ?D?jeme salir!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Me rento como modelo por unos cuantos
francos. Los pobres estudiantes ni siquiera sospechan que est?n frente
a un Picasso original. (R?e.) Me gusta. Necesito estar en exhibici?n
para no deprimirme.
MARIE: Por favor...
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Que quede sobre su conciencia si tomo
una medida dr?stica. Rindiendo tributo al lugar com?n, tal vez decida
arrojarme al Sena, aunque quiz?s en el ?ltimo instante decida mejor
tomar algunos nembutales.
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO coloca su dedo en su sien como si
fuera a darse un tiro. Finge que se dispara a s? mismo y queda tirado
en el piso profundamente dormido. MARIE abre la puerta. Entran DOS
PERSONAS DE TRAJE NEGRO, que se acercan a ella amenazadoramente
conforme dice los siguientes parlamentos.)
MARIE: ?Qui?nes son ustedes? (Silencio.) ?Vienen por m?? (Silencio.)
?Los env?a Phillipe? (Silencio.) Todo fue un error. Ya iba para mi
casa. (Silencio.) ?Qu? quieren de m??
(Sujetan a MARIE por los brazos mientras grita asustada. Se escuchan
los primeros acordes de "Que se pass-t-il donc la-bas?" -tambi?n de la
Carmen de Bizet-, conforme la oscuridad irrumpe de nueva cuenta.)
VIII. El Para?so
(Se escucha de nueva cuenta el ruido del mar. HOMBRE CON MINOTAURO EN
EL PECHO, vestido con una camisa de fuerza, tirita violentamente en un
extremo del piso. Se encuentra en el apogeo de una monumental cruda
colmada de toda variedad de delirium tremens. PICASSO se encuentra a su
lado, sentado en una silla de playa, mientras su MAYORDOMO le unta
bronceador en el cuerpo. PICASSO le ofrece una paleta a HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO.)
PICASSO: ?Te gustar?a una paletita, chaval? ?Qu? dices? Mira que rica
est?. (Pausa. PICASSO se come su paleta.) ?Qu? cosa! No lo
quiere.
MAYORDOMO: Es el primer ni?o que veo que reh?sa un dulce.
PICASSO: Es una l?stima. Ya empez? a crecer.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Esto es el infierno?
PICASSO: ?Est?s loco, ni?o? Mira ese sol. Mira esas nubes.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Deme algo de beber, por favor
PICASSO: Este debe de ser el Para?so.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Tengo mucha sed.
PICASSO: Si alguno tiene sed, venga a m? y beba.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Necesito tomarme un trago.
MAYORDOMO: Pamplinas, muchacho. Necesitas la mano bondadosa de mi
se?or.
(PICASSO sujeta la cara de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO. Se miran
durante unos momentos.)
PICASSO: ?Tanto te has alejado de mi que ya no me reconoces, hijo
m?o?
MAYORDOMO: El amo te habla, muchacho. M?ralo a los ojos.
(Pausa.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Eres un ?ngel?
PICASSO: Soy tu Creador.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?Dios?
(PICASSO y el MAYORDOMO ruedan por el suelo, desternill?ndose de la
risa.)
PICASSO: No. Esa estuvo buena. (Pausa.) Aunque te confieso que en mis
mejores momentos llegaba a cre?rmela.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: ?D?nde est??
PICASSO: ?Qui?n?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Dios.
PICASSO: No lo s?. (Pausa.) Desde que estoy aqu? no he visto a nadie
m?s. Esto est? m?s solitario que el culo de Peggy Guggenheim.
MAYORDOMO: Al parecer s?lo mi amo y yo fuimos lo suficientemente buenos
para llegar al Para?so.
PICASSO: (Se?ala al p?blico.) Si, los dem?s cojonudos se quedaron a
mitad del camino.
MAYORDOMO: El Infierno est? plagado de buenas intenciones.
PICASSO: Pero dime, ?qu? esperabas encontrar, muchacho? ?Un se?or con
barba blanca sentado en una nube?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Necesito beber algo.
PICASSO: No, Santa Claus no lleg? a la cita. Pero yo estoy aqu?. Y
vamos a estar juntos por toda la eternidad. El creador y su
creatura.
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Este piso est? muy fr?o.
PICASSO: Picasso dos, Dios cero.
MAYORDOMO: ?Bravo por mi amo!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Quiero dormir.
PICASSO: ?Vamos a disfrutar eternamente de esta playa!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO:?Por qu? no me dan algo para que me
pueda ir a dormir?
PICASSO: ?A disfrutar eternamente de este sol! ?A disfrutar
eternamen...!
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Dios, si est?s ah?, ?ten piedad de mi
alma!
(Pausa.)
PICASSO: ?Qu? dijo?
(El MAYORDOMO sujeta amenazadoramente a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO.)
MAYORDOMO: ?Qu? dijiste, semilla inf?rtil?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Piedad.
MAYORDOMO: ?Te atreves a buscar ?dolos falsos estando mi se?or a tu
lado?
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Por favor...
MAYORDOMO: ?Te atreves a blasfemar enfrente de tu aut?ntico y ?nico
Creador?
PICASSO: Yo estuve ah? cuando m?s me necesitaste. ?D?nde estaba Dios?
?Qu? hizo ?l por ti?
MAYORDOMO: Contesta, hijo de la oscuridad, ?qu? hizo por ti tu Dios
antes de que te encontraras con mi amo?
PICASSO: ?Acaso ?l escuch? las oraciones de tu padre?
MAYORDOMO: ?Qu? hizo Dios por ese apestoso vejete?
PICASSO: ?Qu? hace por ti ahora que tanto lo necesitas? ?Acaso viene en
tu ayuda? ?Acaso escucha tus suplicas? ?Crees que en el ?ltimo momento
va a atravesar esa puerta para rescatarte, como si fuera el h?roe de
una pel?cula de Hollywood?
(Las luces se encienden y aparece una silueta en la puerta. PICASSO y
el MAYORDOMO observan asombrados y paralizados de miedo. Entra un
POLIC?A con un peque?o banquillo. El POLIC?A se acerca a HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO. Lo levanta y lo sienta sobre el banquillo. EL
POLIC?A sale por donde entr?. PICASSO se arrodilla y comienza a
rezar.)
MAYORDOMO: Se?or, ?est? usted bien? (Pausa.) ?Se?or?
PICASSO: C?llate. ?No lo viste con tus propios ojos?
MAYORDOMO: ?A qui?n, amo?
PICASSO: ?A qui?n crees, idiota? ?A qui?n crees?
MAYORDOMO: ?Vestido como un viejo polic?a decr?pito?
PICASSO: La met?fora perfecta.
MAYORDOMO: No, se?or. Ese no es Dios.
PICASSO: ?Entonces?
MAYORDOMO: Es la realidad.
PICASSO: ?La realidad?
MAYORDOMO: Si, amo. ?No siente esa sensaci?n tan desagradable, como si
nos estuviera cayendo un chorro de agua fr?a?
PICASSO: Ahora que lo mencionas...
MAYORDOMO: Creo que ha llegado la hora de irnos de aqu?, amo.
PICASSO: ?Pero volveremos, no es cierto?
MAYORDOMO: Nunca se sabe, se?or, nunca se sabe.
PICASSO: S?. Nos necesita. No podr?a vivir sin nosotros.
MAYORDOMO: Tiene raz?n el se?or. (Pausa.) Sin nosotros, la vida
resultar?a insoportablemente aburrida.
(PICASSO y el MAYORDOMO salen de la habitaci?n acompa?ados por el
solemne ruido del mar, que desaparece junto con ellos.)
IX. El Ministerio De Cultura
(Entra el POLICIA escoltando al INSPECTOR GOUNCOURT del Ministerio de
Cultura. A su lado entran una REPORTERA y un CAMAR?GRAFO. Todos se
acercan a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.)
CAMAR?GRAFO:: Necesitamos esperar a que terminen los comerciales para
que nos conecten en directo. Mientras tanto, ?qu? le parece si los
colocamos en la luz, Inspector?
INSPECTOR GOUNCOURT: Muy bien. ?Le coment? ya cu?l es mi mejor
?ngulo?
CAMAR?GRAFO: S?.
REPORTERA: (A HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO.) ?Alguna vez hab?a
salido en televisi?n, amigo?
INSPECTOR GOUNCOURT: ?C?mo se siente? (Pausa.) ?Est? usted sordo?
POLICIA: Ha de estar muy cansado, inspector. Se pas? toda la noche
hablando solo.
INSPECTOR GOUNCOURT: ?Qu? dec?a?
POLICIA: Algo sobre Dios.
CAMAR?GRAFO: Qu?tele la camisa de fuerza. Necesitamos enfocar el
pecho.
INSPECTOR GOUNCOURT: ?No ser? peligroso?
REPORTERA: Este hombre est? visitando otros planetas.
INSPECTOR GOUNCOURT: ?Y no dir? puras incoherencias?
CAMAR?GRAFO: Mejor. En nuestro medio lo importante es lo que se ve, no
lo que se dice. Lo ?nico que importa es que fotograf?e bien.
(REPORTERA mueve a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO cual si fuera un
mu?eco, lo levanta, lo coloca junto al INSPECTOR GOUNCOURT. CAMAR?GRAFO
se dispone a grabar. INSPECTOR GOUNCOURT repite su parlamento alargando
las vocales a fin de mejorar su dicci?n.)
INSPECTOR GOUNCOURT: Le pide disculpas, en nombre de todo el g?nero
humano... en nombre de todo el g?nero humano... humano.
CAMAR?GRAFO: Prep?rese, inspector. Cinco, cuatro, tres, dos, uno.
?Acci?n!
(INSPECTOR GOUNCOURT estrecha la mano de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL
PECHO mientras el CAMAR?GRAFO graba la escena.)
REPORTERA: Buenas tardes, queridos amigos. Bienvenidos una vez m?s a la
edici?n vespertina de El Mundo Del Arte. Hoy, en exclusiva,
transmitimos en vivo desde el Ministerio de Cultura el conmovedor
homenaje a una de las m?s c?lebres y controvertidas figuras de nuestro
siglo, la c?lebre pieza del maestro Pablo Picasso "Hombre con Minotauro
en el Pecho." El Inspector Gerard Gouncourt del Ministerio de Cultura
le entregar? en breves momentos "La Flecha Dorada", una de las m?s
importantes preseas que premian el m?rito art?stico en nuestro
pa?s.
INSPECTOR GOUNCOURT: El Ministerio de Cultura se llena de j?bilo al
rendir un merecido homenaje a Hombre Con Minotauro En El Pecho.
REPORTERA: Se?or inspector, En estos momentos, algunos de nuestros
televidentes se preguntar?n de qui?n estamos hablando, ?del hombre o de
la obra de arte?
INSPECTOR GOUNCOURT: A estas alturas resulta dif?cil separar a ambos.
Es la primera vez que presea se le entrega no a un artista sino a su
obra de arte.
REPORTERA: Sin embargo, la pregunta permanece, ?qui?n es el hombre que
se esconde detr?s del minotauro? ?De qu? est? hecha esa sombra que
aparece al final del d?a, una vez que los espectadores se han
ido?
INSPECTOR GOUNCOURT: Bueno, pues...
REPORTERA: Algunos investigadores se han dado a la tarea de descifrar
este acertijo. Gracias a esta admirable labor, ha resultado posible
reconstruir pieza por pieza el enigma de este extra?o individuo. La
transacci?n realizada con ?l desde peque?o, inhumana y
anticonstitucional. El v?a crucis de su vida, desde la venta en Cannes
hasta la prostituci?n en Par?s. El Ministerio de Cultura ha decidido
entregarle a Hombre Con Minotauro En El Pecho el mayor honor con el que
nuestro pa?s honra al arte, "La Flecha Dorada", un s?mbolo de gratitud
y admiraci?n ante una vida literalmente sacrificada al arte.
INSPECTOR GOUNCOURT: Adem?s, como una m?nima compensaci?n por sus
desdichas, el gobierno franc?s le ofrece una beca para estudiar la
carrera t?cnica de su elecci?n. El gobierno franc?s se encuentra
profundamente apenado de que personas sin escr?pulos hayan utilizado el
tatuaje, y por ende su cuerpo, con fines de lucro, caus?ndole
perjuicios de orden psicol?gico y moral. Por ello, le rinde este
homenaje y le pide disculpas, en nombre de todo el g?nero humano.
(Aplausos. El INSPECTOR GOUNCOURT le entrega el premio. El CAMAR?GRAFO
capta la escena. La REPORTERA acerca su micr?fono a HOMBRE CON
MINOTAURO EN EL PECHO.)
REPORTERA: ?Cu?l es su reacci?n? ?Esperaba usted algo as??
(Largo Silencio.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO ?Muera Picasso!... ?Muera
Picasso!
(HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO apunta "La Flecha Dorada" hacia su
pecho y comienza a rasgarse violentamente hasta destruir el tatuaje por
completo. La sangre emana a chorros de su carne y mancha al resto de
las personas. Gritos de todos los presentes. Sangre en todos los
rincones. Se hace un silencio. La oscuridad se hace presente durante
unos instantes hasta que queda interrumpida por las voces de la
REPORTERA y el INSPECTOR GOUNCOURT. )
REPORTERA: ?Qu? va a suceder ahora, Inspector, despu?s de este
lamentable desenlace?
INSPECTOR GOUNCOURT: La ley es muy clara. La cl?usula sexta del p?rrafo
tercero de la Ley de Protecci?n del Patrimonio Art?stico dispone una
pena de 20 a?os de c?rcel para quien destruya obras de arte que por su
reconocido valor sean consideradas bienes nacionales.
REPORTERA: ?20 a?os de c?rcel? ?Y el premio?
INSPECTOR GOUNCOURT: La sociedad no premia a los v?ndalos.
(Se hace la luz y vemos a HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO en el piso,
cubierto de sangre, temblando como el fuego de una vela en medio del
viento nocturno, pero riendo intensa, alegre y gozosamente, como si no
hubiera re?do en treinta a?os y de pronto comprendiera todos los
chistes del mundo.)
HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO: Desnudo... resucitado...
prometeico... yo... soy... yo. ... desnudo... resucitado...
prometeico... yo... soy... yo... yo... soy... yo. ... yo... soy... yo.
...
De alg?n lugar de la nostalgia surge el NI?O de pecho desnudo. Lleva
consigo una brocha. Se escucha de nueva cuenta la pieza "Granada" de
Isaac Alb?niz. A la distancia el sonido del mar. El NI?O toma un poco
de la sangre de HOMBRE CON MINOTAURO EN EL PECHO, se dirige a la tela
del fondo y pinta con la sangre la palabra "Fin" conforme cae
el...
TEL?N.
- Log in to post comments